Todo el mundo vive con la mitología propia. El más importante recuerdo que tenemos es la historia ficticia que nos contamos a nosotros mismos, más a menudo ensayamos la memoria con eventos felices y controlables
Y cuanto más a menudo hacemos revivir esos recuerdos , menos probabilidades hay de que son verdaderas. A pesar de nuestra concepción compartida de que somos actores racionales que toman decisiones inteligentes sobre la base de una visión precisa del mundo y de nosotros mismos, precisamente, lo contrario es cierto. Sus clientes, sus trabajadores, tú y yo, todos somos ficciones de nuestra imaginación. La comprensión de la mitología de su pareja, su cliente y su público es mucho más importante que ver a la repetición de lo que sucedió realmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario