martes, 22 de enero de 2013

Nuestra propia leyenda

Todo el mundo vive con la mitología propia. El más importante recuerdo que tenemos es la historia ficticia  que nos contamos a nosotros mismos, más a menudo ensayamos la memoria con eventos felices y controlables

Y cuanto más a menudo hacemos revivir esos recuerdos , menos probabilidades hay de que son verdaderas. A pesar de nuestra concepción compartida de que somos actores racionales que toman decisiones inteligentes sobre la base de una visión precisa del mundo y de nosotros mismos, precisamente, lo contrario es cierto. Sus clientes, sus trabajadores, tú y yo, todos somos ficciones de nuestra imaginación. La comprensión de la mitología de su pareja, su cliente y su público es mucho más importante que ver a la repetición de lo que sucedió realmente.

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