Parque Nacional Cumbres de Monterrey, bajo amenaza de desarrolladores
Con una extensión de 177 mil 395 hectáreas, el parque alberga a las comunidades vegetales de mayor valor ecológico de Nuevo León.
Mientras que comercios y ciudadanos comenzaron el 2020 sin el uso de bolsas de plástico tras la aprobación de reformas a favor del medio ambiente que estableció el Congreso local, una zona protegida y pulmón de la ciudad se encuentra bajo el ataque de desarrolladores.
Se trata del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, mismo que abarca 177 mil 395 hectáreas de superficie en la parte norte de la Sierra Madre Oriental, y tiene su paso por los municipios de Allende, García, Montemorelos, Monterrey, Rayones, Santa Catarina, Santiago y San Pedro.
¿Pero por qué es tan importante? Es un sitio de alta biodiversidad y área de importancia para la Conservación de las Aves. Además, la Comisión Nacional para el Estudio y Conocimiento de la Biodiversidad la clasificó como Región Terrestre Prioritaria.
El Parque Nacional Cumbres de Monterrey alberga a las comunidades vegetales de mayor valor ecológico de Nuevo León, principalmente pinos y encinos, así como pastizales y diversas composiciones florísticas a lo largo de los ríos y cañadas.
Se tiene un registro de mil 368 especies de flora y fauna, de las cuales 73 son consideradas en peligro de extinción, amenazadas, endémicas o bajo protección especial.
Algunas especies de animales que destacan son: el coyote, el puma, venado cola blanca, armadillo, jabalí, cotorra serrana oriental, pájaro carpintero, cardenal y otros.
Por si eso fuera poco, el Parque es fundamental para la región porque en su paso produce alrededor del 70 por ciento del agua que consumen los habitantes de Monterrey.
La riqueza del parque también radica en sus parajes idóneos para los amantes de la naturaleza, con actividades de ecoturismo y rapel; las dos principales entradas para ingresar al Parque Nacional Cumbres de Monterrey son por el Cañón de la Huasteca, en Santa Catarina, o por La Nogalera, en Santiago.
Fue decretada zona protegida el 17 de noviembre de 2000 y pertenece a la red Mundial de Reservas de Biósfera desde el 7 de septiembre de 2006.
Desde entonces una serie de fraccionamientos han querido posicionarse en esta área protegida, y en más de una ocasión se han denunciado desmontes para edificar, entre ellos el polémico desarrollo de Valle de Reyes.
Apenas el 25 de diciembre, asociaciones civiles denunciaron que más de 140 hectáreas del Cañón de Ballesteros han sido destruidas para construir un fraccionamiento privado en una zona protegida de la Huasteca.
La vigilancia está a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), mientras que la responsable de imponer sanciones es la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (Profepa), las cuales se mantienen sin la asignación de delegados en Nuevo León.
Por: Mayte Villasana.
Fuente: Milenio.
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